La vida del agricultor es dura. Aquel día, Ramón Augusto Delano se levantó en una pequeña casita de la huerta murciana, cerca de una localidad llamada Los Ventorrillos, y salió al campo a supervisar el trabajo que estaban realizando sus inmigrantes ilegales. La mañana transcurría con tranquilidad cuando dos siluetas oscuras aparecieron en el horizonte. A Ramoncín se le cayó el látigo del susto. Venían trajeados, de punta en blanco y con sendos maletines. Venían en pasado, porque el lustre se les gastó cuando intentaron atajar por un campo de pimientos recién abonado. Se acercaron, se aclararon la voz y le notificaron que debía acompañarles a comisaría y dejarles revisar el disco duro de su ordenador. "Acho, yo no tengo ordenador", les respondió, "lo más parecido que tengo es marimandona, que está allí en la casa en forma de parienta con rulos". La respuesta no les impresionó.
Ramoncín es un hombre maduro, de unos cincuenta años, con el pelo canoso y una papada que le oculta el cuello; es bajito y viste un traje de colores claros y mala calidad. Se mueve nervioso y sin parar por el poco espacio que tiene. Nos cuenta esta historia tras los barrotes del calabozo en el que se encuentra en prisión preventiva, a la espera de que se celebre su juicio por plagio y obstrucción a la justicia. "Acho, ¿de qué me estas hablando? Ni puta idea de lo que me acusan", asegura Ramoncín. Él ha sido la primera víctima de la decisión final tomada por el rey del pollo frito y cabecilla de la SGAE para defenderse de las injurias que se vierten sobre él en Internet: patentar 'Ramoncín' como marca registrada. "Yo no sé quién coño es ese", continúa, "que me dicen que canta o algo pero yo no lo he escuchao en mi vida, y eso que tengo la radio desde que era pequeñico". "Yo suelo ver en la radio Intereconomía (sic) y el canal de la UGT, que de vez en cuando me ponen música de Manolito, pero ese tipo no ma aparecío jamás, ni nadie ma dicho que llamarse como los famosos fuese de delincuentes. Es más, mi hija se llama Isabel por la Pantoja, así que supongo que habrá que avisarla para que se lo cambie a la velocidad del peo". "¡Ya me extrañaba a mí que llevase tanto tiempo sin aparecer el Perales por el pueblo!", añade.
Ramoncín parece enfrentarse ahora a una pena de entre tres y cinco años y a multas que rondan los 3.000 €. Al parecer, un amigo del acusado subió a la red social Facebook sus fotos de la verbena del pueblo, en la que algún conocido le etiquetó como Ramoncín, mientras otra persona colgó la foto en su fotolog enumerando los nombres de las etiquetas y la posición de cada uno. Esto último, al ser contenido público, alertó a los detectives contratados por el cantante de la posible infracción por usar la marca registrada sin permiso. La fiscalía asegura que la SGAE notificó al acusado tres veces por correo electrónico sin recibir respuesta. "Apelaremos a la total ignorancia del acusado de la legislación que se le aplica", asegura su abogado defensor, "y a que un cantante y un agricultor son productos diferentes, por lo que no puede haber ninguna confusión con la marca comercial, que es lo que pasa con esa marca de camas de matrimonio que se llama IKEA, y la que fabrica armarios, que se llama igual". "Pero lo veo un caso muy difícil", añade, "Si hubiese matado a alguien, o incluso molido a palos al cantante, podríamos ayudarle más fácilmente y conseguirle una pena menor. Al haberse referido públicamente a sí mismo como Ramoncín, la cosa está cruda".
Su mujer asegura que "parecía una buena persona y nadie sospechaba ná, pero eso pasa con todos, y si le han detenido por algo será, ¿no? Por el pueblo se comentan cosas. Que yo confío mucho en él pero porque me hizo el bombo y me tuve casar, pero que si no ni eso". Los que en peor situación se quedan con esta detención son los trabajadores que tenía contratados. "Aunque a mí no me preocupa mucho", asegura Boabdil, un inmigrante magrabí, "en realidad estábamos esperando a ver cuánto conseguíamos que nos pagase antes de darse cuenta de que la cosecha se le ha echado entera a perder. De todas formas, ahora podré buscar algún currito para ejercer con el título de Medicina, que mis buenos años me costó sacarlo. A ver si sale algo con la puta crisis de los cojones...".
Extraido de La Hoja Negra
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